Tercera Aparición:
Los padres de Bernardita empezaron a creerle ya que ella jamás había mentido y se caracterizaba por su obediencia. Además los convenció la naturalidad con que ella exponía los eventos y sus mas pequeños pormenores.
El 18 de febrero, una señora y una religiosa deseaban acompañar a Bernardita a la gruta. Fueron con ella primero a la Santa Misa de las 5:30 a.m. y de allí se dirigieron a la gruta. Bernardita caminaba tan rápido que parecía como si una fuerza superior la empujase hacia allá.
Se arrodilló y empezó el rezo del rosario, lanzó un grito de jubilo al ver al fondo de la gruta a la Señora. Le preguntó si se podían quedar sus dos acompañantes y la Virgen dijo que sí. Ellas también se arrodillaron y se pusieron a rezar mientras encendían un cirio bendito.
Bernardita le pasó un papel a la Virgen pidiéndole que escribiera cualquier cosa que deseaba comunicarle.
La Virgen le dijo: «Lo que tengo que comunicarte no es necesario escribirlo, hazme únicamente el regalo de venir aquí durante quince días seguidos». Bernardita se lo prometió y la Virgen le respondió: «Yo también te prometo hacerte dichosa, no ciertamente en este mundo, sino en el otro»