
Descubre la promesa de Romanos 8:17 y cómo te afecta hoy

La Biblia es un libro lleno de promesas y enseñanzas que nos guían en nuestra vida diaria. Una de las promesas más poderosas se encuentra en Romanos 8:17, donde se nos dice que somos coherederos con Cristo y que compartiremos su gloria. Pero, ¿qué significa realmente esta promesa y cómo nos afecta en nuestra vida cotidiana? En este artículo, exploraremos en profundidad Romanos 8:17 y descubriremos cómo podemos aplicar esta promesa en nuestra vida hoy en día.
La promesa de Romanos 8:17
En Romanos 8:17, el apóstol Pablo escribe: "Y si somos hijos, somos también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, si es que padecemos juntamente con él, para que juntamente con él seamos glorificados". Esta es una promesa increíblemente poderosa para los creyentes en Cristo, y tiene implicaciones profundas para nuestras vidas hoy en día.
Somos hijos de Dios
En primer lugar, Pablo nos recuerda que somos hijos de Dios. Esto significa que tenemos una relación íntima y personal con nuestro Padre celestial, y que somos amados y valorados por él. Como hijos de Dios, también tenemos acceso a todas las bendiciones y promesas que él ha hecho a su pueblo a lo largo de la historia.
Somos herederos de Dios
Además de ser hijos de Dios, Pablo nos dice que somos herederos de Dios. Esto significa que tenemos una parte en la herencia de Dios, que incluye no solo la vida eterna en el cielo, sino también todas las bendiciones y promesas que él ha hecho a su pueblo aquí en la tierra. Como herederos de Dios, tenemos acceso a su poder, su sabiduría y su provisión en todas las áreas de nuestra vida.
Coherederos con Cristo
Pero la promesa de Romanos 8:17 no termina ahí. Pablo también nos dice que somos coherederos con Cristo. Esto significa que compartimos la misma herencia que Cristo, y que tenemos acceso a todo lo que él ha obtenido para nosotros a través de su muerte y resurrección. Como coherederos con Cristo, tenemos acceso a su justicia, su santidad y su victoria sobre el pecado y la muerte.
Padecemos juntamente con él
Por supuesto, la promesa de Romanos 8:17 no es solo una promesa de bendición y herencia. También implica sufrimiento y sacrificio. Pablo nos dice que si queremos ser coherederos con Cristo, también debemos padecer juntamente con él. Esto significa que debemos estar dispuestos a sufrir por nuestra fe, a renunciar a nuestros propios deseos y a seguir a Cristo incluso cuando eso signifique enfrentar la oposición y la persecución.
Para que juntamente con él seamos glorificados
Pero la promesa de Romanos 8:17 no termina con el sufrimiento. Pablo nos dice que si padecemos juntamente con Cristo, también seremos glorificados juntamente con él. Esto significa que compartiremos en su gloria y en su exaltación, y que seremos transformados a su imagen en la vida eterna. Como coherederos con Cristo, podemos tener la seguridad de que nuestra vida tiene un propósito y un significado eterno, y que nuestra esperanza no se limita a esta vida temporal.
Conclusiones
La promesa de Romanos 8:17 es una de las más poderosas y transformadoras de toda la Escritura. Nos recuerda que somos hijos de Dios, herederos de su reino y coherederos con Cristo. Pero también nos llama a padecer juntamente con él, a renunciar a nuestros propios deseos y a seguirlo en todo momento. Si estamos dispuestos a hacerlo, podemos tener la seguridad de que seremos glorificados juntamente con él en la vida eterna.
Preguntas frecuentes sobre la promesa de Romanos 8:17
¿Qué dice Romanos 8:17?
En Romanos 8:17 se dice: "Y si somos hijos, somos también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, si es que padecemos juntamente con él, para que juntamente con él seamos glorificados."
¿Qué significa ser coherederos con Cristo?
Significa que, al igual que Cristo, somos herederos de Dios y compartimos su gloria. Esto implica que tenemos acceso a las mismas bendiciones y promesas que Cristo, y que somos parte de su familia.
¿Qué significa padecer juntamente con Cristo?
Padecer juntamente con Cristo significa que, al igual que él, debemos estar dispuestos a sufrir por nuestra fe y por hacer lo correcto. Esto puede incluir enfrentar la persecución, la oposición y el rechazo por parte de otros.
¿Cómo afecta esta promesa mi vida hoy?
Esta promesa nos da la seguridad de que, como hijos de Dios, tenemos un lugar en su familia y compartimos su gloria. También nos recuerda que debemos estar dispuestos a sufrir por nuestra fe y por hacer lo correcto. Esto nos da la fuerza y la motivación para perseverar en nuestra fe y para vivir de acuerdo a los valores del Reino de Dios.
¿Cómo puedo aplicar esta promesa en mi vida diaria?
- Recordando que somos hijos de Dios y coherederos con Cristo.
- Estando dispuestos a sufrir por nuestra fe y por hacer lo correcto.
- Buscando vivir de acuerdo a los valores del Reino de Dios.
- Confíando en la promesa de que seremos glorificados juntamente con Cristo.
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