El puro poder del nombre de María

En el nombre de María, los ángeles se regocijan y los demonios se revuelven.

Tomás de Kempis, autor de la célebre Imitación de Cristo, afirma que:

“Tanto temen los demonios a la reina de los cielos que con sólo oír pronunciar su nombre huyen de quien lo pronuncia como de un fuego ardiente”.

San Ambrosio compara su nombre con un dulce ungüento, porque cada vez que se pronuncia, es un bálsamo curativo para nuestras almas pecadoras.

"El nombre de María cura a los pecadores, alegra los corazones y los inflama con el amor de Dios", —San Alfonso de Ligorio

estatua de maria

Nuestra Señora le reveló a Santa Brígida que no hay en la tierra pecador, por muy lejos que esté del amor de Dios, que al invocar su nombre con el propósito de arrepentirse, no haga huir de él al diablo. .

Por muy aprisionado que esté un pecador en las garras del demonio, tan pronto como éste oye a este pecador pronunciar el dulce nombre de María, está obligado a soltarlo.

Nuestra Señora también le reveló a Santa Brígida que así como los demonios huyen de una persona que invoca su nombre, así los ángeles se acercan a las almas piadosas que pronuncian su nombre con devoción.

Entonces, compañeros pecadores, ¡invoquemos a menudo este dulce y poderoso nombre de María que “limpia el aire”! ¡Nosotros y nuestros seres queridos seremos mejores, más libres y más felices por ello!


Tomado de Las Glorias de María de San Alfonso de Ligorio

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