El Regina Coeli

Una oración por la Pascua


📑 Contenido de la página 👇
  1. Una oración por la Pascua
  2. Regina Coeli (Reina del Cielo)

Desde el Sábado Santo hasta Pentecostés cantamos o recitamos uno de los himnos más alegres de la Iglesia, el Regina Coeli (reina del cielo), dicho habitualmente en lugar del Ángelus a las doce del mediodía.

Según la Leyenda Dorada, una obra del siglo XIII sobre la vida de los santos, el Papa San Gregorio Magno en el siglo VI encabezaba una procesión pidiendo alivio de una pestilencia que aquejaba a la población de Roma. En la procesión se llevaba un icono de la Santísima Virgen supuestamente pintado por San Lucas. De repente, el aire se llenó de un perfume celestial que disipó la pestilencia. Mirando hacia arriba, San Gregorio vio ángeles cantando: “¡Oh, Reina del Cielo, alégrate, Aleluya! Por Aquel a quien mereciste dar a luz, ¡Aleluya! Ha resucitado como dijo, ¡Aleluya! " A lo que el santo Papa añadió: “¡Oh, ruega a Dios por nosotros, Aleluya!”

Al mismo tiempo, el santo pontífice vio al ángel de la muerte envainando su espada en lo alto de la Colina de Adriano, hoy Castillo de Sant'Angelo.

Desde entonces esta historia se ha asociado con los orígenes del Regina Coeli.

La idea es alegrarnos con Nuestra Señora de que su Hijo, después de una pasión agotadora y una muerte espantosa, está vivo de nuevo. Mientras la oración del Ángelus celebra la Encarnación de Jesús, el Regina Coeli celebra Su Resurrección y "felicita" la Madre sobre la victoria de su Hijo sobre el pecado y la muerte.


Regina Coeli (Reina del Cielo)

Reina del Cielo, alégrate, aleluya.
Por Aquel a quien tú mereciste dar a luz, aleluya.

Ha resucitado, como dijo, aleluya.
Ruega por nosotros a Dios, aleluya.

Alégrate y alégrate, oh Virgen María, aleluya.
Porque verdaderamente ha resucitado el Señor, aleluya.

Regina Coeli, laetare, aleluya
Quia quem meruisti portare, aleluya
Resurrexit sicut dixit, aleluya
Ora pro nobis Deum, aleluya.

Dejanos rezar:

Oh Dios, que diste alegría al mundo por la Resurrección de Tu Hijo, Nuestro Señor Jesucristo, concédenos Suplicarte, que por intercesión de la Virgen María, Su Madre, obtengamos las alegrías de la Vida eterna. Por el mismo Cristo Nuestro Señor. Amén

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