Fátima y la necesidad del sufrimiento

Nada grande se hace sin sufrir

📑 Contenido de la página 👇
  1. Nada grande se hace sin sufrir
  2. La importancia del sufrimiento
  3. Las mentiras del mundo

Dos de los tres videntes de Fátima, Santos Jacinta y Francisco, murieron jóvenes por la necesidad de almas víctimas para dar la fecundidad necesaria al plan de Nuestra Señora. Sus vidas fueron la prueba de que nada grande se hace sin sufrimiento.

De hecho, el sufrimiento ayuda a aquellas almas que están absortas en sí mismas y no están dispuestas a abrirse. Debemos ver el sufrimiento como normal para el hombre y debemos practicarlo con valentía y audacia. La aceptación del sacrificio es necesaria para combatir el mito de Hollywood del “final feliz”.

Jacinta y Francisco murieron de niños por designio de Nuestra Señora como ella lo había predicho. La tercera vidente, Lucía, vivió muchos años más. ¿Cuál fue la razón por la que Jacinta y Francisco murieron tan temprano? Esto era obvio porque hablaron abiertamente al respecto.

La razón fue que Fátima pidió a la gente que ofreciera sus sufrimientos. Llamaba a las almas víctimas a asociarse con todo el misterio de Fátima ya través de sus sufrimientos y dolores ayudar a producir toda la fecundidad sobrenatural que Nuestra Señora quería dar a los acontecimientos de Fátima. . Esto es exactamente lo que les sucedió a ambos niños que murieron en circunstancias extraordinariamente difíciles y arduas que les causaron mucho sufrimiento.

Tales sufrimientos son necesarios porque cuando se trata de la salvación de las almas, todas las grandes obras de Dios se hacen con la participación de los hombres. En general, esto sólo se logra con personas dispuestas a luchar, sufrir y orar para que la obra de Dios se lleve a cabo.

En otras palabras, el sacrificio es necesario. De lo contrario, no se hace nada grande.


La importancia del sufrimiento

jacinta marto

La importancia de este principio se destacó especialmente en Fátima. Nuestra Señora intervino directamente allí realizando estupendos milagros, especialmente el "milagro del sol". Hizo esto para subrayar el hecho de que Fátima es uno de los mensajes más importantes, si no el más importante, que ha dado en la historia.

En aquella ocasión y en aquellas circunstancias, Nuestra Señora quiso el sacrificio de dos almas que se ofrecieran para el cumplimiento del plan de la Divina Providencia. Esto muestra claramente cómo el apostolado del sufrimiento es verdaderamente insustituible y cómo abre el camino para que la Iglesia actúe sobre las almas.

Un pintor alemán pintó una vez a Nuestro Señor como el Buen Pastor llamando a la puerta de una casa sencilla. Después alguien le dijo: “Te equivocaste, que la puerta no tiene perilla exterior para entrar”. Él respondió: “Eso es cierto, pero no es un error. Esta puerta simboliza el corazón humano. Nuestro Señor toca, pero no hay perilla afuera, solo adentro. Hay ciertas almas que se abren sólo a sí mismas y a nadie más, y en ese caso nadie puede intervenir, están realmente cerradas”.

La oración y el sacrificio son precisamente la forma de influir en este tipo de personas. Se abren a la gracia y encuentran la vida cuando sufren y llevan con amor la Cruz de Nuestro Señor Jesucristo. Llegan a comprender lo normal que es sufrir. Una persona adquiere grandeza en la medida en que sufre. Los grandes hombres de la historia son los que soportan grandes sufrimientos por amor a Dios.

Claramente, esto incluye no solo el sufrimiento pasivo como, por ejemplo, permitir que otro nos golpee. También significa sufrimiento activo, es decir, tomar la iniciativa de encontrar el sufrimiento. Esto se puede hacer confrontando la mala opinión pública o venciendo el respeto humano. En resumen, significa aceptar el sufrimiento en su totalidad, abrazarlo sin miedo y con audacia, y tomar la iniciativa de buscar formas de sacrificarse por un ideal. Esto es lo que significa sufrir por excelencia y debemos buscar hacer esto.


Las mentiras del mundo

El mito de Hollywood del “final feliz” es un gran obstáculo para aceptar el sufrimiento y el sacrificio. No todo sale bien al final como en las películas.

No todo es alegría y éxito. Por lo tanto, no debemos mirar el sufrimiento como una especie de monstruo de siete cabezas que invade la vida de las personas sin ser invitadas. Por el contrario, debemos darnos cuenta de que todos sufren y una vida sin cruces no vale nada. San Luis María Grignion de Montfort llega a decir que cuando una persona no sufre, debe pedir cruces. Porque una persona a quien Dios no da sufrimientos debe tener cuidado de su salvación eterna.

Todo esto se manifiesta muy claramente en el sacrificio de los santos Jacinta y Francisco.

En este sentido, deberíamos rezarles con frecuencia para que pidan a Nuestra Señora de Fátima que nos obtenga ese verdadero sentido del sufrimiento que es indispensable para todos aquellos fieles que quieren convertirse en católicos generosos y entregados.

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