
La Madre: Amor, Afecto, Bondad y Misericordia

LA MADRE
Quintaesencia de la familia
Nuestra Señora es el arquetipo de todas las madres. A veces, un niño siente simbólicamente su bondad materna a través del ambiente de una familia piadosa. Los afectos de esta familia crean ocasión de gracias. Las primeras experiencias que un niño tiene con este afecto lo llevan, aún joven, a comparar la vida dentro de la familia con la de fuera.
Así, afirma:
"¡No hay nada como la familia!"
Ve que las caricias y el amor que allí recibe no existen en otro lugar. Todo este cariño se puede resumir en una palabra: Familia.
Mientras que la palabra "familia" representa a muchas personas, hay otra palabra que significa una sola persona, que es la quintaesencia de la familia: Madre.
Una buena madre es el epítome del amor y el afecto y, en consecuencia, la bondad y la misericordia. A través del contacto con su madre, el niño comienza a comprender la bondad incansable, la gracia, el apoyo y el amor inagotable. Experimenta ese cariño maternal por el cual una madre nunca se cansa ni se aburre de estar con su hijo.
Para una verdadera madre, la alegría de la vida consiste en tener a su hijo en brazos, acostarlo para verlo correr de un lado a otro y ser incesantemente acosada por las preguntas de su hijo.
El que entra en este mundo percibiendo la alegría que le trae una buena madre, verá con el tiempo que la vida puede ser muy difícil. Sin embargo, en la medida en que recuerda a su madre, recuerda el Paraíso de su infancia.
Con este recuerdo conserva la esperanza en el Paraíso Celestial, donde su Santísima Madre lo acogerá.
Las reflexiones anteriores están tomadas de una conferencia informal dada por el profesor Plinio Corrêa de Oliveira el 24 de mayo de 1995. Sus palabras han sido traducidas y adaptadas para su publicación sin su revisión. –Editor
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