La Masacre De Los Inocentes

Los primeros mártires

El fresco de abajo, que representa la Masacre de los Inocentes, fue realizado por Giotto, el famoso pintor medieval italiano. Fue pintado entre 1302 y 1306 y está expuesto en la famosa Capilla de los Scrovegni, en Padua.

Por la época del nacimiento de Nuestro Redentor, Herodes, el tetrarca de Galilea, mandó matar a todos los niños menores de dos años porque los magos le habían preguntado ingenuamente si había oído hablar del recién nacido rey de los judíos.

Herodes, pensando que en el trono no cabían dos reyes, creyó necesario eliminar a aquel Niño. Hizo que sus soldados buscaran al Niño por todas partes, pero no lo encontraron. Entonces Herodes ordenó la matanza de los inocentes.

Fueron los primeros mártires de la Iglesia Católica. ¿Por qué mártires? Por una razón muy sencilla: los mataron por odio a la fe ya Dios; por odio al Niño que les había dado el honor de nacer aproximadamente al mismo tiempo que Él vino al mundo. Habiendo sido asesinados por estas razones, fueron al cielo como mártires. Son los Santos Inocentes.

Cuando los Ángeles aparecieron en Nochebuena, proclamaron:

"Gloria a Dios en las alturas, y paz en la tierra a los hombres de buena voluntad".

Pero las primeras acciones que se desarrollan a partir de ese día lleno de luz, bendición y paz, también están cargadas de amenazas respecto al futuro. Para una mente superficial, esto parece estar en contradicción con la frase “paz en la tierra a los hombres de buena voluntad”. Da la impresión de que los hombres de buena voluntad no sufrirían persecuciones ni tendrían que luchar.

Probablemente algunos de los padres y madres de esos niños representados en el fresco de Giotto fueron hombres de buena voluntad. Sin embargo, ¿qué les pasó? Una inmensa tragedia: sus hijos fueron masacrados.

Herodes aparece en una especie de balcón, ordenando la masacre. Se ve a los verdugos buscando a los niños que sus padres intentan ocultar. En primer plano, se ve a una mujer que evidentemente no quiere renunciar a su hijo. Cerca, se advierten escenas de agitación y violencia. De hecho, es una escena dramática.

Alguien podría preguntar: “¿No estaban bautizados?” La respuesta es que fueron bautizados en su propia sangre; fueron agraciados con el llamado “bautismo de sangre”. Y son, por lo que se puede ver, los primeros cristianos difuntos que se benefician de los méritos de Nuestro Señor Jesucristo poco después de su propio nacimiento.

Tomado de Catolicismo, N° 654 - Junio ​​2005

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