Milagros Vinculados Al Rosario

El Rosario y Santo Domingo vencen la herejía

El Rosario, como arma espiritual contra el mal, tiene una historia muy larga y preciosa. En la Francia de los siglos XII y XIII, un grupo de herejes conocido como los albigenses estaba destruyendo las mentes de los laicos católicos con sus ideas erróneas. Las enseñanzas de los albigenses fomentaban el suicidio, muchas veces por inanición autoinducida, porque creían que el cuerpo era un mal intrínseco y que el alma debía ser liberada de la materia a toda costa. Sin embargo, como muestra a menudo la historia, la Providencia suscita grandes santos en tiempos de crisis terribles. Esta vez no fue diferente. Santo Domingo, nacido de noble linaje, recibió el Rosario de Nuestra Señora en el año 1214. Nuestra Señora le dio a Santo Domingo el Rosario como arma para combatir la terrible herejía albigense.

El Rosario tal como lo conocemos hoy tomó algún tiempo para desarrollarse. Después de la muerte de Santo Domingo en el año 1221, el Rosario fue olvidado casi de inmediato. Sin embargo, en 1464 Nuestro Señor, Nuestra Señora y Santo Domingo se aparecieron al Beato Alan de la Roche, un fraile dominico, después de lo cual predicó el Rosario hasta su muerte en 1475. Este tremendo apostolado del Beato Alan de la Roche, a través de la intercesión de Nuestra Señora, hizo del Rosario una devoción generalizada. Los quince misterios, tal como los conocemos, surgieron a través de las muchas cofradías fundadas después de la predicación del Beato Alan de la Roche, y se formalizaron con la encíclica del Papa San Pío V, Consueverunt.

El Rosario y la Batalla de Lepanto

La Batalla de Lepanto fue un conflicto crucial entre los cristianos y los turcos otomanos, una de las mayores batallas navales de todos los tiempos. Las tierras cristianas alrededor de Grecia y el Mediterráneo oriental eran constantemente saqueadas por piratas musulmanes y los barcos de guerra imperiales asolaban la tierra. En este momento, el Papa San Pío V consideró apropiado levantar una Cruzada contra estos musulmanes paganos. Después de levantar una Cruzada, pidió a todos los no combatientes de todo el mundo cristiano que rezaran el Rosario.

Incluso después de este llamado a las armas, la flota cristiana en Lepanto fue superada en gran medida por los turcos otomanos. Los cruzados se arrodillaron y comenzaron a rezar el Rosario. Poco después, cristianos y musulmanes se vieron inmersos en una cruenta batalla. Así fue que el 7 de octubre de 1571, la flota cristiana fue bendecida con una victoria milagrosa. El Papa San Pío V inmediatamente dedicó la victoria a Nuestra Señora, estableciendo el 7 de octubre como “La Fiesta del Santísimo Rosario.

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Cruzada de Reparación del Santo Rosario

Después de la Segunda Guerra Mundial, Austria quedó dividida entre cuatro países: Estados Unidos, Francia, Reino Unido y Rusia. En ese momento, Rusia todavía era comunista. La parte de Austria controlada por los comunistas era la más rica e incluía la ciudad de Viena. Los vieneses estaban sujetos a todas las atrocidades y tiranías del comunismo. Sin embargo, en 1946, el P. A Petrus Pavlicek, después de peregrinar a Mariazell, el principal santuario mariano de Austria, una voz interior le dijo: “Haz lo que te digo y habrá paz”.

Para obedecer esta inspiración de Nuestra Señora, el P. Pevlicek fundó la Cruzada de Reparación del Santo Rosario en 1947. Esta Cruzada consistió en que los fieles vieneses salieran de sus hogares para participar en una procesión pública del Rosario por las calles de la ciudad. Las intenciones del Rosario eran por el fin del comunismo en su país y en el mundo. Al principio, las procesiones eran minúsculas, pero con el tiempo crecieron hasta alcanzar proporciones asombrosas. En 1955, después de ocho años de correr la voz sobre la Cruzada por toda Austria, las procesiones del Rosario alcanzarían un tamaño de medio millón de personas, aproximadamente 1/10 de la población austriaca. Finalmente, gracias a la ayuda de Nuestra Señora, las fuerzas soviéticas se retiraron de Austria en octubre de 1955, dejando el país para siempre.

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El Rosario y el Mensaje de Fátima

Entre el 13 de mayo y el 13 de octubre de 1917, Nuestra Señora se apareció a tres niños pastores, Jacinta, Lucía y Francisco, en Cova de Iria, cerca de Fátima, Portugal. Durante seis visitas, Nuestra Señora les comunicó un secreto que constaba de tres partes. La primera parte fue una visión del infierno. Durante esta visión, la Hermana Lucía dijo que numerosas almas cayeron al Infierno como “copos de nieve”.

En la segunda parte, Nuestra Señora afirma que la Primera Guerra Mundial terminaría, pero “si la gente no deja de ofender a Dios, se desatará una peor durante el Pontificado de Pío XI. Para evitarlo, vendré a pedir la consagración de Rusia a mi Corazón Inmaculado y la Comunión reparadora de los Primeros Sábados. Si se escuchan mis peticiones, Rusia se convertirá y habrá paz; si no, esparcirá sus errores por el mundo, provocando guerras y persecuciones a la Iglesia”.

Como predijo Nuestra Señora, estalló la Segunda Guerra Mundial y se extendieron los errores del comunismo ateo. Nuestra Señora agregó que muchos serán martirizados y las naciones serán aniquiladas, si la gente no se convierte. ¿Se ha convertido la gente? La respuesta es no. ¿Se puede evitar el castigo divino? Depende de la fidelidad del mundo a los pedidos de Nuestra Señora.

Lucía le preguntó a Nuestra Señora durante las apariciones: "¿Quién eres y qué quieres?"

Nuestra Señora respondió, "Yo soy la Señora del Rosario, y he venido a advertir a los fieles para que enmienden su vida y pidan perdón por sus pecados. La gente no debe seguir ofendiendo al Señor, que ya está tan profundamente ofendido. Deben rezar el Rosario. "

Por eso, Nuestra Señora nos dio una solución: el rezo del Rosario diario por la conversión de los pecadores. El mensaje de Fátima es un remedio para nuestra cultura sumida en el pecado. Si no fuera por la promesa de Nuestra Señora de que “Finalmente, Mi Corazón Inmaculado Triunfará”, estaríamos muy consternados y descorazonados. Así que prestemos atención a sus peticiones. Practiquemos las devociones del Primer Sábado. Recemos el Rosario diario. Cumpliendo con estos pedidos, estaremos consolando al Doloroso e Inmaculado Corazón de María y acelerando el triunfo del bien sobre el mal.

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Rosario salva la vida de un hombre el 11 de septiembre

Un hombre de Nueva York que se había apartado de la Iglesia Católica y no se había confesado en años fue recibido en una presentación de TFP Fátima dada por el Custodio de América Necesita Fátima, José Ferraz.

Después de la visita, el neoyorquino se llevó a casa un Rosario y una Guía del Rosario y comenzó a rezarlo y a asistir nuevamente a los sacramentos. Meses después, el 11 de septiembre de 2001, se encontraba en el World Trade Center en el mismo momento en que se produjo el atentado terrorista.

Al ver la bola de fuego y el humo del choque, el hombre huyó de su oficina e intentó correr escaleras abajo para ponerse a salvo. Sin embargo, se encontró con un gran obstáculo. Las puertas cortafuegos se habían cerrado y él estaba atrapado en el hueco de la escalera, escuchando los gritos de las personas en llamas que aún estaban dentro del edificio, incapaces de escapar de la muerte. Fue horrible, horrible. Cualquier intento de forzar las puertas de incendios con las manos desnudas sería inútil.

Con la ayuda de Nuestra Señora, en lugar de entrar en pánico, se sintió tranquilo. Agarró su rosario y comenzó a orar a la Santísima Madre por ayuda. Y en cuestión de minutos, los bomberos llegaron a su piso, derribaron las puertas contra incendios y lo liberaron. Corrió escaleras abajo para ponerse a salvo, sus oraciones respondidas gracias al poder del Santísimo Rosario.

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