Nuestro Señor Jesucristo Rey

📑 Contenido de la página 👇
  1. Considere a Cristo como rey
  2. ordenes Sagradas
  3. Diplomático perfecto
  4. Cristo el trabajador
  5. Servidor

Durante Su vida en este mundo, Nuestro Señor ejerció aspectos de todas las profesiones aptas para el hombre, desde las más altas hasta las más bajas. Incluso para comenzar a apreciar la perfección de Su Persona, tendríamos que imaginar el arquetipo de cada profesión lícita conocida por el hombre.


Considere a Cristo como rey

En tiempos bíblicos, un rey ocupaba el cargo más alto. ¿No había exigido Israel que Dios les diera un rey para que pudieran ser como otras naciones?

cristo rey

Como Príncipe de la Casa de David y heredero del trono de Israel, Jesús poseía la nobleza y la grandeza propias de Su estado.

Cuando entró triunfalmente en Jerusalén ese primer Domingo de Ramos, no disminuyó Su majestad el hecho de que cabalgara humildemente a lomos de un burro. Por el contrario, el pueblo aclamaba con entusiasmo a Jesús de Nazaret, sintiendo su grandeza real sin las insinuaciones de la pompa.

Porque Su vida fue de lucha constante e incesante, Nuestro Señor también fue un guerrero, un hombre de batalla. Jesús no solo derrotó y expulsó demonios, sino que enfrentó con fuerza a los aliados humanos del Príncipe de las Tinieblas.

Incluso después de haber sido entregado en manos de sus adversarios, los humilló cuando, cuando se le preguntó si era Jesús de Nazaret, respondió simplemente: "Ego sum". Con estas dos palabras, Cristo echó por tierra a sus antagonistas. ¡Qué magnífico guerrero: arrojar a Sus enemigos sobre sus rostros con una simple afirmación!


ordenes Sagradas

Nuestro Señor personificó el cumplimiento del Sacramento del Orden Sagrado. Fue Sacerdote y Pontífice por excelencia. Los sacerdotes del Antiguo Testamento prefiguraron Su sacerdocio, y cada sacerdote después de Él compartiría Su sacerdocio como un "alter Christus" - otro Cristo.

El Jueves Santo, Cristo fue Sacerdote y Víctima de la primera Misa, que prefiguró Su ofrenda sacrificial en el altar de la cruz.


Diplomático perfecto

Nuestro Señor también fue un perfecto diplomático. Considere cuán inteligentemente desbarató las maquinaciones del Sanedrín: aquí evitando la confrontación con un discurso circunspecto y astuto, allí dominándolo con réplicas impecablemente juiciosas.


Cristo el trabajador

Considere a Cristo como alguien que trabaja con sus manos, como lo hace un trabajador manual. ¿Inconcebible? ¿Hemos olvidado la carpintería de Nazaret donde Jesús trabajaba bajo la atenta mirada de su padre adoptivo San José?


Servidor

Cristo fue un siervo, aunque pocos reyes han lavado los pies de sus súbditos.

En resumen, si hiciéramos una lista de todos los esfuerzos humanos lícitos, encontraríamos que, de alguna manera, Cristo ejerció cada uno con una perfección más allá de nuestra comprensión.

Nuestro Señor, como perfección y modelo del género humano, encarna todos los dones con los que su Padre ha dotado a cada individuo desde Adán hasta el último hombre.

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