Pecados contra el Espíritu Santo

“Y cualquiera que hablare una palabra contra el Hijo del Hombre, le será perdonado; mas el que hablare contra el Espíritu Santo, no le será perdonado, ni en este mundo, ni en el venidero.”
–Mateo 12:32

¿Qué es un pecado contra el Espíritu Santo? El reverendo Francis Spirago en su magistral libro, El Catecismo Explicado, aclara este terrible pecado que, de alguna manera, pasa por alto al Dios todomisericordioso: “El pecado contra el Espíritu Santo no es un pecado de fragilidad,…[but] de malicia diabólica, y, por lo tanto, es merecedor de castigo más severo.” 1

El Padre Spirago compara la acción amorosa del Espíritu Santo a la luz benéfica del sol, que una vez que entra, ilumina, calienta y vivifica. Compara un alma que peca contra el Espíritu Santo con una habitación cuyas persianas han sido cerradas deliberada y obstinadamente contra esta luz.

Este pecado es, en su mayoría, el resultado de una vida mala, sumergida en el pecado mortal, que conduce a la ceguera espiritual y una voluntad endurecida. Por lo tanto, el pecado contra el Espíritu Santo solo es imperdonable porque el pecador empuja la gracia del arrepentimiento lejos de sí mismo.

Cierto, como con una enfermedad incurable, Dios puede obrar un milagro. En el caso de un corazón endurecido, Él puede dar una gracia especial que ayude al pecador a cambiar su voluntad. Pero tal intervención no está de acuerdo con Su providencia ordinaria. Un alma que habitualmente ha derrochado la gracia ordinaria y suficiente no puede esperar un rescate extraordinario. 2

Por lo tanto, el poder de la oración de intercesión; tal oración puede obtener, y de hecho ha obtenido en muchos casos, tal milagro. Hay seis pecados contra el Espíritu Santo:

  • Presunción de la misericordia de Dios: vivir una vida de pecado contando con la suposición de que, al final, Dios perdonará.
  • Desesperación: por orgullo, creyendo que los pecados de uno son mayores que la misericordia de Dios.
  • Impugnar la verdad conocida: negar a sabiendas la verdad conocida y revelada como tal, y llamar a la verdad “falsedad”, o viceversa.
  • Envidia por el bien espiritual de otro: resentir el bien espiritual y el avance de otro.
  • Obstinación en el pecado: negarse a abandonar el pecado y llamar al pecado “virtud”.
  • Impenitencia final: negativa a abandonar el pecado y buscar el perdón hasta el final.

Como se ve en Crusade Magazine – Noviembre/Diciembre 2014

Notas al pie:

  • 1 Spirago-Clarke, El Catecismo Explicado, (Tan Books and Publishers, Inc., Rockford, Ill., 1993), p. 460.
  • 2

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio web utiliza Cookies propias y de terceros de análisis para recopilar información con la finalidad de mejorar nuestros servicios, así como para el análisis de su navegación. Si continua navegando, se acepta el uso y si no lo desea puede configurar el navegador. Leer más.