
San Juan Bautista de Rossi

Fiesta 23 de mayo
Giovanni Battista de Rossi nació en el pueblo piamontés de Voltaggio, en la diócesis de Génova, y fue uno de cuatro hijos. Sus padres, de medios modestos, eran devotos y muy estimados. Un noble y su esposa que estaban de vacaciones en Voltaggio, e impresionados con el niño de diez años Juan Bautista, obtuvieron el permiso de sus padres para llevarlo a vivir con ellos y educarlo en su casa de Génova.
Después de tres años, al enterarse de sus virtudes, el primo de Juan, Lorenzo Rossi, canónigo de Santa Maria in Cosmedin, lo invitó a reunirse con él en Roma. Así Juan Bautista ingresó al Colegio Romano de los Jesuitas a los trece años. A pesar de los episodios de epilepsia, provocados por un celo excesivo en imponerse duras penitencias, se le concedió la dispensa y se ordenó a la edad de veintitrés años.
Desde sus días de estudiante le encantaba visitar hospitales. Ahora, como sacerdote, había mucho más que podía ofrecer a las almas que sufrían. Amaba particularmente el Hospicio de Santa Galla, un refugio nocturno para los pobres. Allí trabajó durante cuarenta años.
También trabajó en el hospital de Trinita dei Pellegrini y extendió su asistencia a otros pobres como los ganaderos que acudían al mercado en el foro romano. Tenía una gran lástima por las mujeres y niñas sin hogar y con lo poco que ganaba en estipendios de misa y los 400 escudos que le envió el Papa, les alquiló un refugio.
Juan Bautista también fue seleccionado por el Papa Benedicto XIV para impartir cursos de instrucción a funcionarios de prisiones y otros funcionarios estatales. Entre sus penitentes estaba el verdugo público.
En 1731, el canónigo Rossi obtuvo para su primo el puesto de sacerdote asistente en St. Maria in Cosmedin. Fue un gran confesor al que acudían los penitentes, y como predicador, el santo también fue solicitado para misiones y retiros.
A la muerte del canónigo Rossi, el p. John heredó su canonjía, pero aplicó el dinero adjunto a la publicación para comprar un órgano y contratar a un organista. En cuanto a la casa, se la dio al cabildo y se fue a vivir a la buhardilla.
En 1763, la salud de San Juan Bautista comenzó a fallar y se vio obligado a instalarse en el hospital de Trinita dei Pellegrini. Falleció tras un par de golpes el 23 de mayo de 1764 a los sesenta y seis años de edad. Murió tan pobre que el hospital se preparó para pagar su entierro. Pero la Iglesia se hizo cargo y se le dio un funeral triunfal con la asistencia de numerosos clérigos y religiosos, y el coro papal.
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