San Juan de la Cruz

Fiesta 14 de diciembre

San Juan de la Cruz

El padre de John, Gonzalo de Yepes, era de una familia prominente en Toledo, España. Al casarse con una muchacha pobre, Catalina Álvarez, fue desheredado y probó suerte en el oficio de tejido de seda. Cuando Gonzalo murió joven, Catalina quedó desamparada con tres hijos pequeños, siendo Juan el menor.

Enviado a una escuela pobre en Medina, John encontró trabajo en el hospital de la ciudad y allí trabajó durante siete años.

Dado ya a la práctica de la oración ya las austeridades corporales, estudió con los jesuitas. Se le reveló que debía servir a Dios en una Orden, cuya antigua perfección ayudaría a renovar.

A los veintiún años tomó el hábito carmelita como Juan de San Matías. Aunque pretendía ser un hermano lego, se destacó en teología y fue ordenado en 1567.

Al principio, obtuvo permiso para seguir la regla carmelita original, sin las mitigaciones permitidas por varios papas.

La Santísima Virgen María con San Juan de la Cruz y Santa Teresa de Ávila La Santísima Virgen María, Santa Teresa de Ávila, San Juan de la Cruz

Cuando Santa Teresa de Ávila, la gran reformadora del Carmelo, conoció a Juan en Medina-del-Campo, supo que él era el hombre para la reforma de la rama masculina de la orden. Aunque John era de baja estatura, Teresa percibió su coraje y compromiso. Con todo el respaldo y las credenciales adecuadas, ella y John procedieron a fundar ramas reformadas de la Orden Carmelita en Duruelo, Pastrana, Mancera y Alcalá. Como carmelita reformado, Juan tomó el nombre de Juan de la Cruz, de hecho un título profético.

Por esta época de su vida, después de gustar los goces de la contemplación, Juan entra en un período de aridez, escrúpulos y desolación interior. Mientras lo asaltaban terribles tentaciones, también lo perseguían con calumnias. Su libro, Noche oscura del alma, es hijo de estas pruebas. Pero en la calma que siguió a la tormenta, San Juan se convirtió en un gran místico, escritor y es considerado uno de los mejores poetas que jamás haya existido.

Posteriormente, junto con Santa Teresa, sufrió mucho por las confusiones generadas dentro de su orden, a raíz de las reformas. Fue encarcelado por sus propios hermanos, ya que fue presionado para que abandonara la reforma. También sufrió una fuerte golpiza a manos del Vicario General, marca que soportó hasta su muerte. Después de nueve meses de encarcelamiento, logró escapar y huyó a un convento reformado.

En 1579 se convirtió en director del colegio de Baeza y en 1581 fue elegido prior en Granada. Es por esta época que comienza los escritos sobre teología mística que lo convirtieron en Doctor de la Iglesia.

Pero los problemas dentro de la orden lo siguieron. En un momento fue despojado de todo estatus y enviado a un convento remoto. En otra ocasión hubo una amenaza de expulsión del santo reformador de la orden. En última instancia, murió en un convento cuyo superior le era hostil aunque, en última instancia, se arrepintió.

Pero Juan de la Cruz había llegado a ese nivel de santidad donde las cruces eran bienvenidas y abrazadas con alegría en unión con su Señor crucificado. Después de sufrir agudamente durante tres meses, entregó su alma pura a Dios el 14 de diciembre de 1591.

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