San Pedro y San Pablo

Fiesta 29 de junio

San Pedro y San Pablo

Pedro, que se llamaba Simón, era un pescador de Galilea. Jesús le dio el nombre de Pedro, que significa 'Roca', porque él se convertiría en la roca sobre la cual Cristo edificaría Su Iglesia.

Entre los Doce, Pedro fue el primero en reconocer la divinidad de Cristo y en profesar públicamente que Jesús era el Mesías largamente esperado. Elegido por Nuestro Señor para pastorear Su rebaño, dirigió a los Apóstoles como el primer Papa.

Pedro y los apóstoles Santiago y Juan fueron a menudo llevados aparte por Nuestro Señor y fueron testigos de los misterios más profundos de la divinidad de Cristo: Su Transfiguración en el Monte Tabor, Su agonía en el Huerto. La triple negación de Nuestro Señor por parte de Pedro durante la noche después de la Última Cena lo llenó de un intenso dolor.

Pedro se convirtió en cabeza de la Iglesia en Roma y fue martirizado en el año 64. Fue crucificado cabeza abajo a petición propia, porque afirmó que no era digno de morir como su Señor.

Fue enterrado en la colina del Vaticano y la Basílica de San Pedro está construida sobre su tumba.

Pablo es conocido como el Apóstol de los gentiles. Antes de recibir el nombre de Pablo, fue Saulo, un fariseo judío que perseguía con celo a los cristianos en Jerusalén.

Saulo viajaba a Damasco para perseguir a los cristianos cuando fue rodeado por una luz del cielo. Quedó ciego y se cayó de su caballo. Entonces oyó una voz que le decía: Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues? Él respondió: “¿Quién eres, Señor?” Cristo dijo: “Yo soy Jesús, a quien tú persigues”.

Pintura de la Conversión de San Pablo Foto por: Wolfgang Moroder

Saulo continuó hasta Damasco, donde fue bautizado y recobró la vista. Tomó el nombre de Pablo y pasó el resto de su vida predicando el Evangelio a los gentiles.

Pablo fue encarcelado y llevado a Roma, donde fue decapitado en el año 67. Está enterrado en Roma en la Basílica de San Pablo Extramuros.

Al hablar de San Pedro y San Pablo, Agustín de Hipona dijo de ellos: “Ambos apóstoles comparten el mismo día de fiesta, porque estos dos eran uno; y aunque padecían en días diferentes, eran como uno. Pedro fue primero y Pablo lo siguió.

Y así celebramos este día santificado para nosotros por la sangre de los apóstoles. Abracemos lo que creyeron, su vida, sus trabajos, sus sufrimientos, su predicación y su confesión de fe”.

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